jueves, 11 de octubre de 2012

¿Libertad o Ley del Embudo?

Quiero compartir contigo esta relfexión que me surge hoy. No pretendo polemizar ni ofender, pero sí quiero haceros partícipes de mi opinión porque sé que me vais a comprender, conocedores como sois de mi forma de ser. Con mis mejores deseos de que disfrutéis de este fin de semana largo especial para mí. Ya te contaré a mi vuelta. Un cálido abrazo, como siempre, lleno de gratitud. “Menos crucifijos y más trabajo fijo”. Así rezaba (permítaseme la ironía) uno de los gritos que se coreaban el pasado domingo en la manifestación que transitó por las calles de Zaragoza. Yo looí, es lo que tiene ser ciego y no sordo, cuando salía de la iglesia del Carmen, tras asistir a la misa de 12. Me pregunto si se proclamó a propósito al ver cómo salíamos de misa un gran número de personas o se iba repitiendo al azar como otros tantos lemas pretendidamente ingeniosos, propios de esos actos de protesta. Creo que no, que alguien lo lanzó al paso de la iglesia con ánimo de llamar la atención y fue repetido, secundándolo y haciéndose eco por el resto. De una forma u otra poco importa. Aun respetando las razones que originan la convocatoria de rechazo ante la situación actual, igual que quienes así jaleaban quieren que se les escuche, yo también quiero expresarme, usar mis manos para escribir mi sentir. Me duele el dolor, me molesta el malestar de tantos y tantas como lo están pasando mal y ven recortado su bienestar. Tanto es así que, en la medida que puedo, trato de dar luz con mi testimonio, sonrisa y aportación. Pero, ¿es que no tengo derecho a sercatólico? ¿Es que si no hubiese crucifijos _creyentes_ no habría paro? ¿Es que no hay muchos y muchas que vamos a misa y entregamos lo que cada uno puede para ayudar a que quien está mal mejore algo? ¿Por qué han de ofenderme queriendo derribar el símbolo de mi fe? ¿No quieren, acaso, ellos, que se les deje sus símbolos? Me hizo daño escucharles. Creerían que hacían gracia, que tampoco era para tanto, que mientras protestaban otros callaban. No, no es así. Lo que pasa es que yo quiero ir a misa, me gusta y me hace bien, me da fuerzas. Quiero tener la libertad que me dé la posibilidad de elegir y elijo asistir a los sacramentos del domingo. El embudo, sí; lo ancho para unos y lo estrecho para otros. ¿No sería mejor que todos tuviésemos el mismo diámetro por donde opinar, expresar o vivir? Yo apuesto por esto último. Yo quiero ser libre y quiero que los demás también lo sean. Claro que si unos pueden decir lo que les parezca aunque sean insultos o provocaciones y otros tenemos que callar, entonces algo empieza a fallar. Aspiro a que este mundo sea un hogar donde todos quepamos, no en el que haya excluidos ni apóstoles de sus verdades. Rechazo los embudos con sus leyes y acepto la libertad con nombre de respeto. Reniego de las miopías mentales y aclamo las miradas limpias de prejuicios, amplias y abiertas a lo diferente. ¡Bienvenidos al mundo de lo distinto porque en esto estriba nuestra grandeza! Tolerancia, comprensión y escucha.

5 comentarios:

Piedad dijo...

Hola, Alberto.
Una vez más quiero felicitarte por el éxito continuo de tu libro “Huellas de luz”, el cual estoy deseosa de leerlo y espero no tardar mucho. En cuanto me sea posible, pues ahora tengo otras ocupaciones, prometo hacerlo y ponerte al corriente.
El próximo día 19 del corriente yo también pasearé por las calles de Zaragoza con el fin de asistir a la representación de una obra de teatro, que junto a un grupo de personas que he conocido por Internet, escribí el año pasado y que ahora vamos a tener la ocasión de poder ver nuestros personajes con vida propia gracias a un grupo de actores no profesionales pero no por ello, menos importantes.

Y referente a esta reflexión, quiero que sepas que estoy contigo en todo lo que dices. Opino igual que tú. La Iglesia no ha sembrado la crisis, ella no te enseña maldad, sino todo lo contrario. Claro, que para el que no tenga trabajo debe ser muy duro y la desesperación de no encontrar nada le hará perder la fe aunque eso no justifica la falta de respeto hacia los demás.

Te deseo un feliz fin de semana.

Abrazos.

Amig@mi@ dijo...

Te imaginas esos mismo gritos contra la religión musulmana, amigo Alberto? Son unos cobardes. Saben que los católicos somos pacíficos y por eso se ceban en nosotros, pero ya me gustaría a mí verles así, a la salida de una mezquita.
Un abrazo

Alberto dijo...

Piedad, muchas gracias por tus buenos deseos y mucho éxito para esa actuación en Zaragoza, mi tierra de adopción.
Ahí estamos, buena semana y seguiremos con respeto pero sin miedos pidiendo libertad.
Un cariñoso beso de gratitud.

Montse, seguramente es por eso, que se atreven a gritar ciertas proclamas. Claro que cuando se habla de ir contra otras religiones, como la musulmana, la cosa cambia notablemente.
Bueno, apostemos por la libertad y la concordia, al menos hasta que nos dejen.
Besos amigos de luz.

Unknown dijo...

Un hombre es su actitud; y la globalización sembró niños Peter Pan en cuerpos fuertes; que con ingenuidad o picardía aceptaron el regalito delas tarjetas de crédito e hipotecas a nivel país, sin analizar el engaño; TODOS firamos un contrato de entrega en esclavitud. Ante la realidad y la impotencia, se forman "clubes",xq parece vital hallar solidaridad y comprensión contra la angustia, los cantitos son parte de esto. No importa qué palabras combinen, son un llamado de atención.
Uno elije confiar en quien guste, al margen de los símbolos, al margen de las presiones. http://enfugayremolino.blogspot.com.ar/

Rosa María dijo...

Mi Bertiño lindo: Mil felicitaciones por todo lo que haces, lo que consigues y por ser como eres. Me he reído con lo de peregrino y al mismo tiempo, me quedo perpleja, y sin palabras, pero lo que sí digo y con toda certeza: ERES UN SER ESPECIAL. También te confirmo, que sino saltas la valla, pienso que Santiago bajaría a darte el abrazo él ¿Cómo iba Santiago a pasar de ti? Mi querido Bertiño, entre nosotros fluye algo grande y es el cariño que te tengo a la par de la gran admiración.
Un besiño grande y con sabor a bruma gallega con música celta y gaitas llorando por todos los gallegos que están lejos de su tierra.
Un besiño para Elena también.


No entré a tu blog, por estar de trabajo hasta las pestañas, pero eso no significa olvido, sino limitación.
Rosa María Milleiro
http://poemas-rosamariamilleiro.blogspot.com.es/

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