viernes, 23 de diciembre de 2011

2011: hago balance



Finaliza 2011 y yo, hoy como tantas otras personas, me dispongo a pasar unos días en compañía de mi familia, en tierras del Ebro.

Pero dejadme que antes comparta mi balance de lo cumplido en este año, otro año de enriquecimiento personal, de aprendizaje, de plenitud, otro buen año. Y que yo pueda afirmar esto, en momentos de crisis (económica y de valores) hace que me sienta tremendamente privilegiado.

Y es que, así lo creo. He dejado mi huella, mi mayor satisfacción, al haber mostrado que la discapacidad no impide realizarse, caminar hacia delante, soñar. Lo hice ante los niños del colegio conquense de Villamayor de Santiago, ante quienes visitaron el bosque de Valsaín, en la universidad complutense o ante una tía a la que la ceguera de su sobrino de 9 meses, llevaron a pedir ayuda,querer saber.

Me he sentido emocionado al estar allí, en la Jornada Mundial de la Juventud con Benedicto XVI, plantando encinas en la Casa de Campo o en los actos de la Fundación alaine que tanto hace por ayudar a que los niños de Africa puedan tener un futuro y sonrían esperanzados.

Soy más rico porque, además de mantener la amistad de quienes en 2010 ya estaban a mi lado, he tenido el lujo de que más buenas personas depositen su afecto, incluso su admiración, sobre mí, qué gozada. Todos lo sabéis, ya lo dije en mi felicitación navideña: “seguid ahí, sois muy importantes para mí”.

Mi trabajo continúa dándome la oportunidad de que pueda aportar lo mejor de mí para que otros ciegos puedan acercarse al mundo de la lectura y el braille a través de la revista bibliográfica que elaboro mensualmente o del taller de lectura que coordino.

He viajado, cómo no. Y eso que digo que soy “homo viajerus frustratus”. Alguien me dice, “pues si no lo llegas a ser…” Conocer Lisboa, Estambul, Cáceres, Úbeda, Gerona y Córdoba, además de volver a visitar Ciudad Rodrigo, La Rioja y Barcelona. Ahí es nada. Que no se diga que el no ver equivale a quedarse en casa.

He seguido alimentando tiflohomero, haciendo que creciera, tratando de hacer de él una ventana a través de la cual, quienes lo visiten, vean mi cotidianeidad, mis reflexiones o mis deseos de ayudar a que este mundo sea un hogar un poquito más cálido. 142 han sido las entradas / artículos que han hecho que así haya sido.

He sido agasajado con sorpresas que me han hecho feliz, como aquel regalo de cumpleaños en forma de viaje, mi participación en la gala de la ilusión a cuenta de los actos del 11 del 11 del 11 o esas galletas cocinadas para mí, hechas para mí, dulces que son símbolos de entrega y generosidad.

He aprendido a manejar y he renovado aparatos que me ayudan a alcanzar ese afán mío por la normalización, desde un nuevo teléfono móvil con el que además de mensajear y llamar, hago fotos, el frigorífico, una nueva televisión, un nuevo reloj al que tocar sus agujas para saber la hora que marca como lo haríais cualquiera de vosotros. La tecnología es muy importante para los ciegos al darnos la posibilidad de minimizar la discapacidad, qué lástima que no se termine por asumir que la accesibilidad no está reñida con el diseño y que beneficia a todos, no sólo a unos pocos.

¿Y de mis cuentos, no voy a decir nada? Claro que sí. Sin apenas darme cuenta fui creando uno cada domingo, tratando de transmitir luz, optimismo y vivencias. Me parece increíble haber alcanzado este ritmo y que además tenga tantos y tantas fans. Es una pasada. ¿Se convertirán alguna vez en el contenido de un libro?

Pero además de todo esto, que es mucho, me parece mentira tantas andanzas, he visto como mis padres, mi hermano, mi cuñada, mis sobrinas siguen ahí, regalándome su ejemplo, siendo un lujo, el mejor de los premios con que nadie pueda soñar.

Para éstos, para vosotras y vosotros vaya mi más sentido agradecimiento y ojalá que sea digno de tanta confianza y apoyo.

Una persona discapacitada dijo el otro día una frase que yo hago mía: “ante el fragor de la tormenta, uno puede huir o sentir miedo. Yo elijo bailar bajo la lluvia y sentir la intensidad de los fenómenos que desata”.

Una vez más… ¡¡Felices fiestas, disfrutad, lo merecéis!!

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martes, 20 de diciembre de 2011

Mi personal felicitación navideña 2011

Sí, lo sé. Es cierto,es tiempo de felicitar y felicitarse, de transmitir hermosas palabras y bonitas composiciones gráficas cargadas de buenos deseos e intenciones.

Yo también quiero sumarme a esa tradición hecha ley y escribirte, pero pretendo hacerlo de una forma personal, propia.

Cuando acaba un año que, para mí, tiene nombre de ilusión y acogida, cuando el entorno se ha vestido de luces y colores navideñas, cuando especialmente se deben buscar momentos para compartir, yo quiero brindar por ti y los tuyos.

Alzo mi copa de la gratitud y la sonrisa cálida por tantas veces como me enseñas el camino a seguir, un camino de complicidad y afecto; por hacer que no me venza la pereza o el desaliento, el deseo de renunciar; por regalarme el calor de tu confianza y espera; y por tantas veces como me animas y muestras que soy un privilegiado al contar con tu atención y amistad sincera.

Y brindo por tu felicidad, porque yo pueda darte algo de lo que tú me das, porque la magia tenga siempre hueco en tu corazón y porque sigas estando ahí,a mi lado. ¡Eres muy importante para mí!

Que 2012 siga dejándome alegrarte tu tiempo a través de mis cuentos y acciones, que te traiga muchas de esas pequeñas cosas que hacen que la vida sea una aventura plena y dichosa, y que sientas la necesidad de mirar la belleza que hay en ella.

Sí, es Navidad. Debe ser tiempo de esperanza, de proyectos, de satisfacciones, de encuentros, de sorpresas, de luz.

Que cuando te veas angustiado por la tempestad del miedo o el dolor, sepas que al menos, un rayito de sol cálido siempre aguarda al otro lado, un rayito de sol que tiene por nombre mi nombre, mi voluntad, mi comprensión y mi apoyo.

Pincha en este enlace, soy yo. Junto a los puntos mágicos del braille y a la música, va una pequeña historia que invita. Que te guste.

http://dl.dropbox.com/u/32747964/EL_ULTIMO_POLVORON_Cuento_de_Navidad.mp3

¡¡FELIZ NAVIDAD 2011 y POR UN 2012 PREÑADO DE AUTÉNTICA LUZ Y PLENITUD!!

Con mucho cariño.

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domingo, 18 de diciembre de 2011

La mujer que cantaba canciones tristes


Buenas noches:

Acaban, con ésta, las entregas cuentistas con las que cada domingo os saludo, al menos por este año. Gracias por estimularme a crearlas porque sé que las esperáis con tanta benevolencia que no os puedo fallar.

Ojalá que durante 2012 pueda seguir compartiendo más cuentos y que los apreciéis con el mismo cariño y agrado. Que sea digno de vuestra atención siempre tan fiel.

Un fuerte y apretado abrazo de gratitud por ello y por tantísimo más.

Un brindis por la imaginación y por la ilusión.

Gracias siempre.

Una mujer sube, como cada mañana, al vagón de Metro en que normalmente voy a trabajar. Yo qué sé cómo será su aspecto físico o su forma de vestir. Sólo sé que se acompaña de un pequeño órgano electrónico y que canta con sentimiento canciones tristes a cambio de unas monedas.

Supongo que muchos se sentirán molestos ante su presencia, imbuidos como van en su mundo de oídos, vendados con auriculares, que suenan a deseos de aislamiento o con sus lecturas. ¡estamos tan hartos de pedigüeños y profesionales del limosneo! ¡Qué poco nos importan!

Yo, a mi vez, he vuelto a detener, como así lo hago cada vez que me la encuentro, la trama del audiolibro con el que entretengo mi diario viaje para escucharla. No puedo evitar que me subyuguen sus melodías y lo rasgado de su voz. ¿Cómo resistirme a entregarle algún dinero? ¡Me parece tan poco lo que le doy como recompensa a su talento! ¿Y si le sonrío? Tal vez eso le resulte más reconfortante, que difiera de los donativos habituales.

Otro año estamos inmersos en las fiestas. ¿Habrá también, para ella, Navidad? Yo qué sé. Y el caso es que cuando le he tendido mi mano para ofrecerle mi mísero premio, he detectado un calor diferente en su palabra de agradecimiento y hasta me ha parecido notar un tenue roce de su mano en la mía.

-¿Cómo te llamas? Es que cantas tan bien.

-Me llamo Katia. Gracias.

-Cantas muy bien, pero es tan triste lo que cantas…

-¿Triste? No sé. Es lo que siento.

-¿Te bajas ya?

-Claro, necesito continuar mi camino.

-Tienes una voz muy bonita, con un acento diferente. ¿De dónde eres?

Siento que se marcha. ¿No me dirá nada más?

-Vengo de muy lejos, del Este, del país de las montañas y los bosques.

-¿Qué lugar es…?

Las puertas del vagón se han cerrado. Tal vez mañana quiera decirme algo más explícito.

Pero el mañana llega y ella no aparece. Ni tampoco pasado ni al otro.

Yo he fantaseado con que, a lo mejor, habrá encontrado un trabajo mejor o incluso con que habrá descubierto la oportunidad de ser, al fin, feliz, de que pueda mudar su música melancólica en tonadas alegres.

Pienso en cómo vivirá en esta ciudad, a veces, tan hostil, tan fría, en lo que dejaría en su pueblo, porque será de un pueblecito de cuento, en los seres que la echarán de menos, en sus sueños, en sus ilusiones.

Me imagino que, quizá, en su casa habrá puesto un pequeño belén porque si, ella también cree que Dios viene para iluminar nuestras vidas.

Y sí, estoy seguro de ello, también recibirá un regalito sorpresa en forma de osito de peluche que dará calor a su espíritu y mitigará la gelidez de su soledad.

¿Qué habrá sido de ella? ¿Le habrá sucedido algo?

Es sábado por la tarde. He quedado, a mi pesar, en una céntrica plaza repleta de ambientes y puestos que anuncian magia, Navidad. Digo que he quedado a mi pesar porque sé que va a estar de bote en bote y para mí es un agobio moverme por entornos masificados. Es que me desoriento y no es cuestión de ir dando palotazos de ciego cual apisonadora o equino de Atila.

Ya estoy cerca de la cita. Ya se oye el barullo de gentes que deambulan, de campanillas y villancicos, de bolsas de plástico, de compras.

Al doblar la penúltima esquina, oigo una voz que requiere atención. Pocos deben pararse ante la ingente multitud de reclamos que nos abordan por aquí y por allá. Yo también estoy a punto de ignorarla, pero algo me anima a escuchar. ¿Por qué? Si tanta prisa tengo, hace frío y estoy deseando llegar a la cafetería donde me esperan?

-¡Papá Noel, Papá Noel! ¡Venid, Papá Noel está aquí!

A alguien escucho decir que qué tontería es ésa, si ni es Nochebuena aún ni quien así se proclama tiene su pinta.

Está en un lugar discreto, casi escondido, paso a su lado, intuyo que debo detenerme, atender. Me giro.

-Hola, para ti también tengo un obsequio.

-¿Para mí? ¿Qué va a haber para un cegatón como yo?

A que es algún trasto inútil que no me servirá para nada y encima querrá que le dé dinero, otro más de tantos. En fin.

-Ten, es un disco. Un disco especial. En él se contiene una dedicatoria y la realización de un sueño. Es para ti, alguien quiere que lo aceptes. Escúchalo, guárdalo, atesóralo.

Qué será? Ya estoy ansioso de volver a casa para averiguarlo. Vaaya, lo meto en el bolsillo del abrigo y siento que algo ha cambiado. Llego enseguida, mi gente me saluda con afecto, me hacen hueco, charlamos, reímos, les cuento, me cuentan, disfrutamos. Pronto es la hora de volver, de desvelar el misterio.

¿Quién cantará en ese disco? Chan chan chanchán.

¡Es Katia! Tras un aluvión de aplausos y acordes de violines y trompetas habla:

-…Y para alguien especial. Para el señor aquél que cada mañana, cuando yo cantaba canciones tristes me regalaba su sonrisa de luz. Para aquel señor que, apoyado en su bastón blanco,me escuchó siempre.

La música de Puccini suena, es una ópera y ella canta, es la protagonista. Y parece que el escenario podría ser un gran teatro. ¡Qué portento! ¡Qué ilusión! Y, encima, acordarse de mí.

Mientras la noche invernal cae sobre mi derredor, una lagrimilla cálida quiere besar mi mejilla al tiempo que mi alma desea, sabe que lo logrará, mandarle su más emocionada señal de gozo.

Ahora sí que es verdad. Mientras Katia continúe envolviendo mi sala de estar con su voz, sabré que sí, ¡es Navidad!

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jueves, 15 de diciembre de 2011

Practicando senderismo: El Pardo 2011

Así es, el pasado sábado participé en otra jornada de senderismo, en esta ocasión combinada, además, con una parte cultural: visitaría el palacio de El Pardo.

Fuimos 20 ciegos y ciegas, acompañados de 3 monitores y la marcha fue de las fáciles y relajantes en medio de un entorno de encinas y bosque bajo, de caza mayor.

Como veréis, si pincháis en el enlace que os pongo, algunos de nosotros vamos cogidos a una barra. Esto es para guiarnos mejor ya que al tener su referencia podemos percibir los giros, cambios de nivel, etc. Muy útil en este tipo de actividad deportiva o incluso en montaña.

El ambiente, como siempre, estupendo y el tiempo tolerable.

Tras una suculenta comida en restaurante y todo, hicimos la visita cultural. Tuvimos ocasión de conocer la historia y personajes que lo han habitado,incluidas las dependencias que utilizara el general Franco como jefe de Estado. La guía que nos lo enseñó fue fantástica y se portaron muy bien al dejarnos tocar, desde la mesa de trabajo del Caudillo hasta tapices que visten las paredes.

Y nos enteramos de anécdotas como poder ver la primera tele que hubo en España (todo un armatoste) o el trasiego de muebles que se da cuando lo ocupan dignatarios de otros países.

Acabé un poco cansado, pero contento como siempre por disfrutar de la naturaleza y el buen ambiente. Y encima tuve el lujo de compartir andanzas y vivencias con mi amiga elena, otro motivo más para recordar la excursión campestre navideña.

Que os guste el pequeño vídeo que nos hicieron.


http://dl.dropbox.com/u/32747964/Video%20de%20el%20paso%20del%20grupo%20por%20la%20ribera.mp4

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martes, 13 de diciembre de 2011

Feliz día de la luz

Lo sé, cuando escribo estas líneas es aún de noche pero la noche sé que está también iluminada, iluminada por estrellas radiantes que sonríen a quien saben mirarlas con el corazón, carteles luminosos de colores y luces de Navidad.

Pero aún sé más. Sé que cuando amanezca dentro de unas horas, santa Lucía hará que vuestro día esté inundado, repleto, lleno de luz en forma de afectos sinceros, ilusión y esperanza cogida de la mano del humor.

Yo ya he experimentado todo esto hace un ratito al haber sido bendecido por la luz de unas gentes buenas que me han acogido, agasajado, arropado con su luz.

Y sé que otro año más, no importa que oficialmente ya lo celebrara, santa Lucía se hará cómplice mía y me hará saber que en mi corazón hay una luz que nunca se apagará, una luz con nombre de complicidad con todos quienes me regaláis vuestro cariño y aliento, de plenitud por tener una vida integrada y normalizada, y de ilusión por saber que puedo seguir superando y superándome.

También santa Lucía me traerá el recuerdo de aquellos que partieron al lugar de los sueños porque ellos viajan junto a ella, porque ellos son también luz para mí..

Y me traerá el orgullo de saber que hay alguien a quien, con mi actitud y sonrisa, hago un poquito más feliz, le aporto ese rayito de luz con que mi patrona,me obsequia para que yo,a mi vez, lo traslade a vosotras y vosotros que os cruzáis en mi diario caminar, que os encontráis conmigo.

Que sea fuente de luz para vosotras y vosotros, que tengáis un día de luz, un largo instante de magia.

¡¡FELIZ SANTA LUCÍA 2011!!

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domingo, 11 de diciembre de 2011

El campeón de ajedrez

Tras la celebración de santa Lucía, nuestra patrona, vaya aquí mi cuento semanal.

Que vosotras y vosotros alcancéis también el triunfo que merecéis en vuestra cotidianeidad.

Con cariño, ¡Feliz Santa Lucía!

Andrés de la torre y Rey, ahora don Andrés, de niño Andresín, supo, por fin, que había llegado su hora, el momento del triunfo, de la meta nunca imaginada. Y es que ese día recibiría el galardón de campeón mundial de ajedrez a ciegas. Sentiría que los fisher o Karpov se harían para él palpables, se le igualarían.

Tras horas y horas de adiestramientos, de aprender a moverse por el tablero con las manos, de buscar dónde ensamblar las piezas, de memorizar combinaciones de letras y números que designaban posiciones, de saber que las piezas negras se diferenciaban de las blancas por un punto que sobresalía en la parte superior de la figura, había logrado ser el mejor en eso de los enroques, mates y estrategias de salida y ataque.

El misterio se resolvía al fin. Y es que cuando, notó los primeros síntomas de ceguera, de camino al médico oculista, se topó con un curioso espectáculo. Un gordinflón charlatán anunciaba a voz en cuello el prodigio de su canario. Él, tan racional siempre, pensó que aquello eran papanatadas de ingenuos supersticiosos, hechos a los vaticinios de agoreros y gitanas. Y, sin embargo, no pudo escapar al destino. El simpar pajarillo se ocupaba de, con su pico, extraer de un cubo papelitos doblados con mensajes de porvenir, de futuro desvelado. Andrés quiso pasar de largo, pero el canario adivino le lanzó la bolita, sin él pedirlo y al caerle encima no tuvo mas remedio que pararse. En ella aparecía la figura de un rey negro tumbado, abatido, derrotado. ¿Qué significaría aquello? Él ni era rey, aunque sí de apellido materno, ni aspiraba a ninguna corona de las de sangre azul. Así quedó todo, se burló y avanzó. Bastante tenía con la zozobra de un diagnóstico que se intuía irremediable, inexorable.

Así fue. La ceguera se anunciaba inminente, irreversible, definitiva. ¿Qué hacer? ¿En qué quedarían sus sueños de emular a los grandes baloncestistas que, con sus triples, tapones y mates, emocionaban sus noches de televisión? ¿podrían los ciegos jugar a baloncesto? Seguro que no, ¿cómo iban a encestar sin ver? Sería de las primeras cosas que preguntaría al ir a la organización de ciegos a la que le recomendaron que acudiera lo antes posible.

Así lo hizo. Le hablaron de técnicas guía, de movilidad, de vida diaria y, cómo no, de actividades de ocio. Le informaron de que los ciegos participaban en algunos deportes, que lo podían hacer como mantenimiento o a nivel competitivo, que era muy necesaria su práctica para desarrollar el equilibrio, la superación y la orientación, que le invitaban a que se apuntase cuanto antes, que estaban inventadas técnicas para su disfrute, que no se preocupase, que podría integrarse. Le dieron un nombre: Pablo. Éste sería quien le daría todos los detalles.

-Buenas tardes, ¿eres nuevo, verdad? ¿Qué te gusta hacer?

-Pues, bueno, no diré a ver porque yo ya de ver, nada de nada.

-Bueno, nos entendemos. Dime, dime.

-yo querría… Seguro que es una tontería.

-¿Sí?

-practicar baloncesto. ¿A que sí, a que es una tontería?

-Hombre, tontería, tontería; no es. Pero al baloncesto no va a poder ser. Puedes hacer atletismo con guía, ciclismo en tándem, fútbol-sala con balón de cascabeles y hasta tiro con carabina, con sonido para que apuntes bien. Pero baloncesto, no. También está el ajedrez, que a lo mejor te vendría bien en estos momentos, además del gimnasio para que vayas poco a poco, o la piscina si quieres. Hay también senderismo y montañismo con barras direccionales que te ayudan y goal-bal, que tampoco está mal.

-No sé, probaré el gimnasio y el ajedrez.

Y un jueves de principios de trimestre, allá que se presentó con su chándal nuevo y sus buenos propósitos recién estrenados. Algo de duda también le acompañó en aquel su primer día. ¿Qué iba a poder hacer él si no era más que un pobre cegatón?

Y es que en los pocos meses que llevaba ejerciendo de ciego, había sido tanta la avalancha de noticias,

Propuestas y novedades que aún no le había dado tiempo a asimilar todo aquello que le iban contando unos y otras. Eso si, había descubierto que aun no viendo había quien no paraba de zascandilear de acá para allá. ¿Llegaría también para él el día en que sería capaz de hacerlo también? Lo dudaba, aunque quién sabía.

Y desde aquellos lejanos, y traumáticos, inicios llegaba este momento de gloria. Los medios de comunicación difundieron la noticia: por fin España iba a gozar de un campeón mundial de ajedrez, toda una proeza. ¿Qué importaba que fuese ciego el protagonista? La hazaña era memorable y pasaría a los anales del deporte patrio.

Y Andrés, don Andrés, se sintió feliz, pleno. Aquel último movimiento en que dio jaque mate al rey negro constituyó, para él, la más increíble e inverosímil de las jugadas que ninguno de los grandes baloncestistas lograría jamás.

Dos sonoros besos y el roce de una sedosa melena de mujer le confirmaron en esa idea. ¡Era el campeón! ¡Lo había logrado! Guuuaaauuuuuuu

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jueves, 8 de diciembre de 2011

Hoy empieza mi Navidad

Sí, hoy quiero que empiece mi Navidad, quiero que mi mundo se vista de Navidad, mi gente, mi casa, mi alma.

Mientras recuerdo aquellos años de mi niñez en los que mi tío Emiliano cambiaba el escaparate de su tienda de alimentación para vestirla de productos apetecibles de fiesta, aquellos turrones, mazapanes y peladillas, aquellos patés, aquellas cestas.

Mientras recuerdo los colores de las bombillas que adornaban el acebo de mi casa del pueblo.

Mientras recuerdo los belenes con su música de villancicos, con sus figuritas, su musgo, su estrella, su niño.

Mientras recuerdo cómmo hace dos años, y el año pasado también, adornaba mi casa madrileña con espumillón, bolas y guirnaldas, motivos navideños, gracias al estímulo y ayuda de mis buenos Jaume y Mercedes. Este año no la adornaré, ¿Cómo hacerlo solo? No la adornaré, pero acariciaré todo aquello, porque acariciándolo lo sentiré mío, cercano, visible.

Mientras oy echo de menos todo eso, no quiero que la soledad me venza y, por eso, necesito compartir, sentir que mi Navidad empieza hoy. Y que, por tantísimo, soy privilegiado.

Quiero ver, quiero que mi imaginación se vista de colores azul, verde, dorado, rojo, colores de Navidad.

Que a mi alrededor se oiga, suene la música de villancicos, pero también la risa feliz de los niños que se emocionan con la magia de la Navidad.

Quiero imaginar una bandeja surtida con frutas escarchadas, polvorones envueltos en papel brillante, porciones de turrón del de siempre. Una bandeja nutrida de sensaciones que llame a la generosidad, a invitar.

Quiero soñar con una sorpresa pequeña, una ilusión, un detalle, un símbolo que me haga saber que sí, es así, ¡hoy empieza mi Navidad!

Que la vuestra dé comienzo también con recuerdos como ésos, con mucho ánimo, con esperanza, con ilusión, con ganas.

¡¡Feliz comienzo de la Navidad!!

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martes, 6 de diciembre de 2011

Córdoba: celebrando la discapacidad

Entre este pasado sábado y ayer tuve ocasión de disfrutar de un nuevo viaje, una nueva aventura a ciegas. Se trataba de, con la compañía de mis queridas Nuria y Elena, emprender mi último periplo viajero de este 2011 tan plagado de nuevos lugares descubiertos (yo que digo ser un homo viajerus frustrado). ¿El destino? Córdoba, la milenaria, la capital del califato omeya andalusí. Además, por coincidir con el 3 de diciembre, sería una buena fecha para celebrar la discapacidad, comprobar que más que tal, de lo que debe hablarse es de capacidad diferente.

Desplazarnos en un tren al que te ayudan a subir y bajar. Tres ayudas por una. Vamos a la OCA (ya se sabe: de oca a oca… y ciego porque te toca ), Oficina Central de Atendo –atención a personas que necesitan ayuda para su viaje en tren_. Vienen a buscarnos. “Ahí están, mírales” (así oímos que se dicen quienes nos prestarán la asistencia). Parece que nos habían estado buscando ya que no fuimos al lugar de encuentro que hay establecido para el caso (ah, qué ciegos más díscolos). Pero es que nos resultaba más fácil ir a la sede de la OCA que al otro punto.

Llegar a un hotel, ya en Córdoba, con nombre de Amistad (no podía tener otro, yendo quienes vamos) y encontrarnos con un caminito que lleva desde la verja de entrada al pie de la escalera. “No, si se pensó para que hiciese juego con el empedrado del entorno”. Ah, estética y accesibilidad, ¿conceptos contrapuestos? No, complementarios. Ascensor con botonadura en braille, número de la habitación en relieve, que lujo.

Conocer la mezquita cordobesa. Toda una proeza de esplendor artístico, pero más aún: el folleto explicativo del monumento que nos dejan, con su plano y todo, ¡en braille! Qué detallazo.

Ir a cenar a un típico restaurante con ciegos amigos residentes en la ciudad, con los que conversar de ciegadas y cieguerías. Descubrir que la carta está en braille, poder leerla y hacérsete la boca agua al par que los dedos leen promesas de ricos manjares con nombres de berenjenas a la miel, flamenquín, salmorejo o patatas moriscas.

Pasear por sus calles y plazas, unas laberínticas, otras amplias, buscar referencias de fuentes que suenan,villancicos rocieros que son baliza, una puerta de muralla con nombre de director de cine (Almodóvar), pasarelas de madera o metal, tipos de suelo empedrado, liso, rugoso_, traqueteo de caballos que pasean carruajes . Referencias, referencias para no perderte paloteando.

Patios que mantienen su frescor y belleza vegetal aun en estos fríos invernales, llenos de romanticismo; estatuas, leyendas, toreros, religiosidad popular, con devoción al Cristo de los Faroles o a la Dolorosa; Cultura, tolerancia, saber de sabios (Maimónides, AlGafequi, Séneca); vida actual, con anuncios de Navidad, turistas, terrazas.

¿Carencias? ¿Deseos? En el Alcázar se ofrece un espectáculo de luz y sonidos, “¿podríamos disfrutar de él?” “NO, no; para ustedes no hay nada.” Museo de Medina Azahara, edificio recién inagurado, “¿accesibilidad para los cieguitos?” “¿Eso qué es?” Nada, nada vitrinas vitrinas. Todo muy bonito y esplendoroso, pero… un cristal se interpone entre los restos de lujos pasados y nuestras manos.

La mujer morena, la del mantón español, la guapa de la copla que pintara Julio Romero de torres. ¿Dónde está? Podría verla este ciego? “No, no; que para eso ya va usté mu bien acompañao con dos guapas señoras.” Bueno.

Una biblioteca en la Mezquita que contiene códices y antiquísimos manuscritos. ¿Se puede visitar, es que soy bibliotecario? No, no; está cerrada.

No noshemos privado de nada, un viaje redondo: 3 visitas guiadas que nos han hecho ver la ciudad, con sus distintas perspectivas y ángulos, y la que fuera Medina Azahara ahora en ruinas y meca del boato musulmán, mil años atrás; hemos paseado, teteado (¿qué té pido yo? ¿Un Mira la Noche le va bien? Ummmm, si yo mirar, lo que quiero es mirar otras cosas, pero si no hay más remedio…); hemos montado en coche de caballos emulando a los rosiero de pro; hemos comido en un palacio unas rosquitas soberbias rellenas de jamón y queso; hemos golosineado dulces a base de sorbete de mora (miren que yo busqué y busqué a ver si le encontraba a la urí la melena y demás curvas, pero nada, que resulta que era un helado), un borrachito de merengue gratinado al horno y, cómo no, el típico pastelón (hojaldre relleno de cabello de ángel, o a lo mejor, de Ángela). Y oigan, que nos hemos querido traer uno cada cual y que cuando nos los entrega la dependienta nos quedamos anonadados con las cajas. Y hyo que me digo: “y yo con mi pastelón como un….”. claro, cómo no vas a escuchar que alguien diga: “adónde irán esos?” Y nosotros que pensamos, qué razón tiene la señora.

Ah, y en medio del paseo en el coche de caballos, por cierto caballos con apelativos de Felipe y Pantoja (qué menos), en una paradita escuchamos el sonido de agua que fluye. ¿Será el chorrillo de una bonita fuente de las tantas que hay? No, señores; es uno de los caballos que, mientras el cochero habla a través del móvil (bonita paradoja) ha aprovechado la parada para echar una meadita (bueno, digamos mejor un meadón que rima con…).

Historias que tratan de la hija de cierto corregidor que, por avara, quedóse cautiva en el subsuelo del palacio paterno, encerrada para siempre y que aún hoy se la oye lamentar con aullidos en la noche. Un indio de la India que construye una casa increíble por enamorado ¿de Córdoba? ¿De una cordobesa? Una hermosa mulata que fue presa por hechicera y que pintó un barco en la pared de su celda con el que huyó delante de su carcelero…

Es lunes por la tarde, he felicitado los 15 años de mi sobrina y la estación de tren nos aguarda para el regreso a la cotidianeidad.

Todos estos, recuerdos, imágenes que quedan en mi retina de ciego, vivencias, aprendizajes.

Pero, como siempre, más allá de todo, por encima de todo, amistad compartida, armonía, riqueza en valores.

¿Cómo no saberme un privilegiado? ¿Tener la certeza de que lo soy?

¿Y mi próximo viaje? Los Reyes Magos tienen la respuesta.

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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Recomendaciones narrativas diciembre 2011


Llega un tiempo en el que escribir a los Reyes Magos y regalar. Por si os sirve, relaciono unas cuantas referencias bibliográficas que a mí me parecen interesantes.

Espero haber tenido buen ojo en la selección.

A vuestra salud.

COMPAÑERAS DE VIAJE

Soledad Puértolas

Ed. Anagrama, 2010

Cuentos y relatos

Las circunstancias pueden ser muy distintas, la mujer puede encontrarse en el coche que conduce su marido camino del veraneo familiar, o en un tren hacia un Londres enigmático donde le esperan empleos de cuidadora de niños, o en una ciudad californiana, donde el marido acude a la universidad mientras ella, ociosa, se busca ocupaciones, o en París, Nantes, Turín o Seúl, o en un velero que compite en unas regatas... Esta mujer, personaje secundario, la acompañante del viajero, toma de pronto la palabra y nos da su interpretación, o el mismo narrador se fija en ella y la convierte en la verdadera protagonista de la historia. El lector acaba por descubrir en el interior de estas mujeres soñadoras, inquietas y temerosas un extraño empeño, una rara obstinación por ser ellas mismas, signifique eso lo que signifique.

EL ESPEJO NEGRO

Alfonso Domingo Álvaro

Ed. Algaida, 2011

Novela de intriga

Jerónimo Díaz, un joven pintor anarquista exiliado al final de la Guerra Civil, recibe el encargo de copiar un enigmático cuadro de El Bosco, una obra que aparece y reaparece misteriosamente a lo largo de la historia y que el rey Felipe II tratará de adquirir en el siglo XVI. Su trabajo se verá interrumpido por la invasión alemana y Jerónimo acabará –como miles de compatriotas- en un campo de concentración nazi. Más de sesenta años después, Javier Carreño –un especialista en la obra de El Bosco– es designado comisario de una magna exposición que se celebrará en el Museo del Prado. Pero cuando conoce a Jerónimo Díaz, lo que en un principio era un trabajo metódico y burocrático se convierte en la gran aventura de su vida: una aventura de final impredecible.

LA FORMA EN QUE ALGUNOS MUEREN

Ross Mcdonald

Novela de intriga

RBA Ediciones, 2011

Tras las elegantes avenidas de Los Ángeles, escondido en sus angostos callejones y en los patios traseros de casas aparentemente decentes, existe un submundo de violencia y tráfico de drogas que día a día se lleva por delante la vida de propios y extraños. El detective privado Lew Archer conoce muy bien qué se mueve entre bastidores en tan sórdidos ambientes, y por ello recibe el encargo de encontrar a la dulce Galley Lawrence, una joven enfermera que ha desaparecido de su hogar. A medida que vaya avanzando en su investigación, Archer irá desentrañando una historia casi increíble que relacionará a Galley con el crimen organizado, una terrible verdad que la familia de la chica jamás estará preparada para conocer.

HABITACIONES CERRADAS

Care Santos

Ed. Planeta, 2011

Novela de intriga

La joven Violeta quiere convertir el palacete en el Paseo de Gracia de Barcelona, herencia de su familia, en un museo dedicado a su abuelo, un renombrado pintor modernista. Durante las obras de reforma del edificio aparece el cadáver de una mujer. ¿Qué identidad se esconde tras ese cuerpo? La investigación de esta muerte permite a la escritora catalana Care Santos desgranar la historia familiar de los Lax, una poderosa casta burguesa, desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. El lector conocerá las miserias familiares de esta insigne saga, desde los rumores que apuntan a que la abuela Lax se fugó a Venezuela con el dueño de los grandes almacenes El Siglo, hasta los que ensombrecen las figuras de su abuela María del Roser, la matriarca del clan, y su padre, Modesto.

LAZOS DE HUMO

María Iglesias

Ed. Temas de hoy, 2011

Novela histórica

Germán Díaz, hijo de humildes vaqueros cántabros, emigra siendo niño en busca de una vida mejor para él y su familia. Una sucia carbonería en Cádiz es su destino, pero en su camino encontrará inolvidables personajes que le impulsarán a perseguir su verdadera vocación: convertirse en abogado para hacer justicia contra los abusos de los poderosos, como los que él ha sufrido a lo largo de su vida. Gracias a su esfuerzo personal, Germán logra ingresar en la Facultad de Derecho de Sevilla y, en vísperas de la crisis del 98, al tiempo que descubre el amor, consigue licenciarse. Pronto logrará éxitos importantes en los tribunales, pero la profesión y la ciudad le harán pagar un alto precio por sus ideas.

LUKA Y EL FUEGO DE LA VIDA

Salman Rushdie

Ed. Mondadori, 2010

Novela fantástica

Durante la noche estrellada, el padre de Luka, el escritor Rushid Kahlifa, cae en un sueño profundo y Luka teme que no vuelva a despertar. Comienza entonces un viaje mágico para hacer lo que nadie ha logrado nunca: robar el Fuego de la Vida. Una apasionante aventura, llena de leyendas, acertijos y canciones. Adecuada para cualquier lector, tenga la edad que tenga.

EL RITUAL DE ORFEO

Giulio Leoni

Ed. Algaida, 2011

Novela histórica

En 1482 un incendio destruye la primera imprenta de Florencia y acaba con la vida del artesano que había prometido a Lorenzo de Medici un libro impreso con la tipografía perfecta. Cuando llegan al lugar de los hechos, él y su amigo Pico della Mirandola descubren que no se trata de un accidente: el cuerpo del tipógrafo cuelga de la máquina de impresión. Además, por los alrededores se ha visto a una mujer misteriosa que parece ser la bellísima Simonetta Vespucci, muerta años atrás en el esplendor de su juventud. ¿Quién puede haberla convocado entre los vivos? ¿Acaso aquel incendio trataba de destruir El ritual de Orfeo, como cree Lorenzo de Medici? Desde la Florencia del Renacimiento a la Roma de los Borgia, donde las intrigas palatinas se mezclan con el rigor de la Inquisición y las celebraciones de Carnaval quebrantan cualquier regla

RUSIA IMAGINADA: DIEZ VIAJES POR EL PAISAJE RUSO

Care Santos y otros

Ed. Nevsky, 2011

Literatura de viajes / Cuentos y relatos

Existe un dicho ruso que afirma que si pasas una semana en Rusia planearás una novela, si pasas un mes un relato, y si pasas un año entero en el país su compleja realidad te descubrirá la evidencia: jamás serás capaz de escribir nada que recoja su compleja esencia. Hemos querido llevar a cabo el experimento contrario: diez autores contemporáneos españoles escriben cuentos sobre Rusia. La única condición es que los sitúen en un lugar desconocido para ellos: Múrmansk, Vítebsk, Prípiat, Majachkalá, Vyra... Literatura y viaje se unen en un cuaderno de travesía en el que se confunden, a la medida que el escritor va apropiándose del espacio que recrea. Diez miradas personalísimas y distintas que revelan una Rusia inaudita, fuera de los tópicos y las ideas preconcebidas, pero no menos fascinante.

LOS SAUCES DE HIROSHIMA

Emilio Calderón

Ed. Planeta, 2011

Novela de intriga

Corre el año 1954 y el inspector Ichiro Abe, de la Policía de Tokio, tiene que enfrentarse al caso más complicado de su carrera: ocho supervivientes del holocausto nuclear de Hiroshima han sido asesinados en un tren. Marginados por la propia sociedad japonesa, el caso se complica cuando los cuatro asesinos que han tomado parte en los crímenes aparecen muertos en un hotel de Tokio. En 1969, Elle Bartlett hereda de su padre una importante suma de dinero que descubre, tras muchas pesquisas, que éste consiguió de sobornos a uno de los criminales de guerra japoneses que había investigado años atrás. Por su parte, Ryo Watenabe, único superviviente de la hecatombe de Hiroshima, contrata al ahora ex−inspector Ichiro Abe para que le ayude a reconstruir el pasado de su familia. A partir de ese momento, las vidas de Ichiro, Ryo y Watenabe se entrecruzarán y nadie será consciente de que en el pasado se encuentra precisamente la solución al caso que Abe lleva tratando de resolver tantos años.

EL SECRETO DE LOS TUDOR

C. W. Gortner

Ed. Suma de letras, 2011

Novela histórica

Verano de 1553: Brendan Prescott, un huérfano criado en la casa de la poderosa familia Dudley, es enviado a la Corte, donde se ve inmerso en una oscura misión contra la enigmática hermana del rey Eduardo VI, la princesa Isabel. Pero enseguida lo comprometen a trabajar como agente doble pues el protector de Isabel le promete, a cambio, ayudarlo a desentrañar el secreto de su misterioso pasado. Una oscura conspiración se cierne en torno a la búsqueda del rey, que ha desaparecido en extrañas circunstancias estando gravemente enfermo. Con el único apoyo de un atrevido mozo de cuadras y una audaz dama de compañía a su lado, Brendan se ve envuelto en una despiadada estratagema de falsas apariencias, mentiras y asesinatos.

EL VASCO QUE NO COMÍA DEMASIADO

Oscar Terol

Ed. Aguilar, 2011

Novela fantástica

Año 2050. La industria alimentaria mundial está gestionada por los chinos, que han acaparado los mercados y dirigen los establecimientos dedicados a la hostelería y el ocio. Media humanidad se alimenta de productos que se extraen de la soja, el maná del siglo XXI. Euskadi es el último reducto donde se conserva intacta la tradición gastronómica que ahora funciona casi como una religión que da cobijo a quienes quieren luchar contra la gran invasión china y sus productos elaborados con derivados de la soja. Carlos Zabala es un joven sin más talento que haber nacido en una familia propietaria de un restaurante que atrae a su clientela gracias a la tarta de queso que hace su abuela con una receta secreta. Un desgraciado día Carlos acompaña a su padre en una misión que cambiará su vida para siempre. Deciden intentar sonsacar a la abuela la receta de la famosa tarta para que no se la lleve a la tumba y maldiga el futuro de la familia Zabala, uno de los clanes importantes dentro del mundo de la cocina.

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domingo, 27 de noviembre de 2011

El universo de Carmencita


Y si las calles de este Madrid se han vestido ya, otro año más, con tonos navideños, ¿por qué no pintar mi cuento de este domingo también de colores?

Con cariño y mis mejores deseos, como siempre.

Que estéis bien y os guste.

Carmen, Carmencita para sus abuelos y tíos, era una niña única, genial. De una inteligencia muy despierta y un genio extrovertido que se traducía en su risa de luz y mirada de chispa.

Aquel sábado se había creado un universo propio, particular, un divertimento que le ayudase a pasar una tarde aburrida de un día cualquiera mientras sus padres iban a hacer las compras de la semana.

En él había planetas y estrellas, cielos y mar. Lo había ideado porque le gustaba jugar a ser constructora de mundos a partir de una fantasía desbordante que nacía de su imaginación y los cuentos que escuchaba, de boca de su mamá, antes de dormir o cuando iba de viaje.

Quiso que aquel universo tuviese cinco planetas y muchos soles a su alrededor. Planetas con nombre de Gente, Delincuente, Indigente, Durmiente y Desobediente.

El planeta Gente sería su preferido. En él habitarían sus amiguitas, sus papás, la señora Pilar, la dueña de la tienda de chuches, el Abelino, que vendía tebeos, o su seño, doña Ana a la que tanto quería por la paciencia que la caracterizaba y lo bien que le enseñaba las lecciones de inglés. Su cielo siempre estaría vestido de azul clarito y la estrella que lo iluminaría tendría nombre de Bondad. Lo dibujó, en la cartulina que se había preparado para ese juego, con color índigo y puntitos naranjas.

En Delincuente vivirían los malos malísimos: el imbécil del Carlitos que siempre se metía con ella por las trenzas con que la peinaban o por sus muecas, el desgraciado que se burlaba de la pobre anciana doña María o el gamberro que rompía sus muñecos de nieve. El cielo de ese planeta estaría siempre lleno de nubarrones, su sol se llamaría Rabia y el color con que Carmencita lo dibujó fue el negro.

A Indigente quiso reservarle un lugar especial. En él residirían pobres olvidados que querían vivir, aferrarse a la esperanza. A nuestra chiquilla le gustaría que este planeta estuviese desierto, pero ella bien sabía que cada vez estaba más lleno. Pensó en ponerle un sol con una sonrisa en su centro, la suya, y que el cielo dejara entrever rayitos dorados en medio del gris. Lo dibujó de color verde.

En Durmiente se estaría a gustito. Tendría praderas sombreadas por árboles centenarios y calas de agua cristalina. Su cielo tendría color de merengue, de tenues pastel.Su estrella se llamaría Paz y le pondría unas cetas de compás, de sueño y de sueños. La coloreó en amarillo suave.

¿Y en Desobediente? En Desobediente se guardó un rinconcito para ella porque había veces que, bueno, le costaba cumplir con lo que le mandaban. Sabía que no estaría sola, que habría más niños como ella. Pero ése sería un lugar de paso, del que había que huir, procurar salir corriendo cuanto antes. Su sol tendría nombre de Decepción, el color de su cielo sería el gris oscuro y lo pintaría de marrón caquita, en su cartulina.

Y así pasaron las horas de aquella tarde de sábado de un día cualquiera. Perfiló, corrigió, borró, repintó y culminó. Estaba satisfecha, contenta. A su universo le añadió, además, unas palomas que llevarían mensajes de superación, ejemplo y vida; un barquito de vela que surcaría los lejanos mares de la aventura y una casa, su hogar, una casita con su tejado rojo en triángulo, sus ventanitas abiertas de par en par, con su puerta y todo, y en la que cabrían todos.

-Cariño, ya hemos vuelto. ¿Se te ha hecho largo? ¿Te has aburrido? Mira, te hemos traído una napolitana de chocolate. Uy qué dibujo tan bonito. ¿Qué es?

-Yupi, qué bien, mamita. ¡Ya estás aquí! Mira, es mi universo. ¿Quieres que te lo cuente? ¿Que te explique cómo es?

Y, muchos años después, Carmencita, ya doña Carmen, contemplaría en su despacho del palacete, actual sede bancaria, un dibujo infantil, un dibujo coloreado que siempre quiso guardar porque estaba lleno de recuerdos y luminosas nostalgias.

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sábado, 26 de noviembre de 2011

Hoy, sábado de braille

Sí, hoy he tenido la fortuna de participar en una de esas jornadas que a uno le dan calor en el alma, que le estimulan. Y aber gozado, además, de cierto protagonismo en su desarrollo me llena de orgullo todavía más.

Y es que, hoy, en torno a 60 usuarios y usuarias madrileños y castellanomanchegos del código de lecto-escritura, que creara Louis Braille para que los ciegos del mundo dispusiéramos de la llave para acceder a la luz del conocimiento, nos hemos juntado para intercambiar experiencias y testimonios, además de enriquecernos compartiendo.

El lugar del encuentro ha sido el Servicio Bibliográfico de la ONCE, centro que se encarga de hacer accesible la información por medio del braille, el relieve y el audio, y la iniciativa partió de los Consejos territoriales de Madrid y Castilla La Mancha, como órganos representativos de los afiliados de esas comunidades autónomas.

Hemos tenido ocasión de conocer los proyectos y líneas de trabajo de la Comisión Braille Española en cuanto al rotulado de tarjetas identificativas, la adaptación de mapas físicos o la mejora en la información que ofrecen los envases de productos farmacéuticos, además de la unificación de signografías.

Después hemos visitado el Museo Tiflológico, un museo hecho para tocar, en el que se exponen obras de artistas ciegos, maquetas de monumentos del mundo y muestras de cómo ha ido evolucionando la tecnología aplicada al acceso a la información por parte de las personas ciegas. Un museo muy recomendable de ver,abierto a todo el que quiera acercarse.

Por la tarde, tras una estupenda comida de compañerismo, hemos podido exponer el contenido de los Clubs Braille (yo fui su promotor y actual coordinador de el de Madrid). Ha habido lugar para la emoción al escuchar a una persona sordociega expresar su necesidad de braille para tener una vida autónoma o a otra señora que tiene una tienda y que para trabajar en ella, se sirve del etiquetado en braille; para el humor, con anécdotas e ingenio; para el debate en torno a la complementariedad entre el braille y las nuevas tecnologías,al braille aplicado a la vida cotidiana y su ausencia en productos y servicios del día a día, al deseo de promocionar al braille en colegios, bibliotecas o ferias, o a la conveniencia de establecer bibliografía asequible a neolectores (libros sencillos) que incentiven su lectura por parte de quienes acaban de aprenderlo.

Pero más allá de los temas debatidos y las propuestas planteadas como sugerencia, me ha gustado el buen ambiente creado, las historias contadas y la puesta en valor del legado que nos dejó el genial maestro francés: un sistema de puntos revolucionario y todo un ejemplo de tenacidad, espíritu de superación y lucha, sin que nunca se arredrara ni ante la enfermedad ni ante la incomprensión o el desprecio de sus coetáneos.

La guinda ha sido el intercambio de productos típicos: nosotros, desde Madrid, les hemos entregado una cajita de esos caramelos que son las violetas y ellos, a su vez, nos han agasajado con, cómo no, sus exquisitos mazapanes.

En fin, una jornada inolvidable en la que, estoy seguro, Louis braille tampoco a querido perdérsela.

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jueves, 24 de noviembre de 2011

Alfonso X: el rey de la Cultura

Quiero aprovechar que ayer se cumplió el aniversario del nacimiento de Alfonso X (1221-1284), el que sería conocido como el Sabio, para recordar su figura intelectual más allá de la faceta política o bélica de su reinado.
Con ello pretendo rendir homenaje a su figura, amante de las letras y la cultura en general, todo un ejemplo a seguir.

El reinado de Alfonso X destacó sobre todo en el orden cultural. Se le considera el fundador de la prosa castellana y, de hecho, puede datarse en su época la adopción del castellano como lengua oficial. Sus profundos conocimientos de astronomía, ciencias jurídicas e historia desembocan en la organización de tres grandes centros culturales que giran alrededor de Toledo, Sevilla y Murcia. En la primera ciudad quedó ubicada la famosa Escuela de traductores de Toledo que, junto a compiladores y autores originales repartidos por el resto, emprendió una ingente labor de recogida de toda clase de materiales para la elaboración de libros, que el propio rey corregía y supervisaba. Movido exclusivamente por un afán cultural, el rey hizo tabla rasa de las diferencias de raza o religión, por lo que reunió a judíos, musulmanes, castellanos e italianos, que colaboraron libremente y otorgaron al conjunto una proyección universal.
Las obras así producidas pueden encuadrarse en tres grandes apartados: obras jurídicas, obras científicas o de carácter recreativo y obras históricas. El propósito de las primeras fue contribuir a la labor unificadora iniciada por Fernando III el Santo. El Fuero real de Castilla (1254) preparó la redacción de la que sería su gran obra, el Código de las siete partidas (1256-1263 o 1265), donde se recoge lo mejor del derecho romano para unirlo a las más vivas tradiciones de Castilla. Este código, de larga influencia en el ordenamiento castellano y español, supuso la recepción del derecho romano en Castilla y su incorporación a la corriente europea del «derecho común».
Obras científicas o de carácter recreativo son los Libros del saber de astronomía con sus Tablas astronómicas o Tablas alfonsíes, integrados por tratados originales, refundiciones y traducciones que pretenden compilar todo el conocimiento astronómico de la época con el fin de impulsar su desarrollo. Asimismo cabe registrar el Lapidario (1276-1279), tratado en el que se describen quinientas piedras preciosas, metales y algunas sustancias, y los Libros de ajedrez, dados y tablas (1283). También se le atribuye la traducción de los cuentos de Calila y Dimna.
Entre las obras de carácter histórico figuran dos títulos fundamentales: la Crónica general y la Grande e general estoria, textos cuya ambiciosa empresa es contar, el primero de ellos, la historia de España desde un punto de vista unificador, en términos nacionales y políticos; el segundo, en cambio, se propone la relación de la historia universal.
Otra importante faceta de su actividad fue alentar la creación poética, así como escribir poesía en lengua gallega. Sus 453 composiciones, entre las que abundan las de "escarnio" vertidas en un lenguaje paródico o insolente que recurre a veces a la ironía mordaz, lo avalan como el primer lírico en dicha lengua. Sin embargo, es en su vertiente religiosa donde el rey alcanza sus mayores logros: las 420 canciones que componen las Cantigas de Santa María, dedicadas a enaltecer los milagros de la Virgen, constituyen uno de los más preciados legados de musicalidad y variedad métricas.

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martes, 22 de noviembre de 2011

Paloma blanca

Estoy seguro, bien lo sabéis: hoy es santa Cecilia, la patrona de la música y los músicos.

Para celebrarlo, quiero compartir aquí la letra y el enlace de una canción.

Para mí la música también me ilumina. Me hace visualizar imágenes al son de sus tonos, me emociona y me ayuda a soñar con la poesía que se desprende a través de lo que se expresa.

Que os guste.

Estrella de mi vida,

espérame, mi amor.

Y apenas te iluminas

Y ya dices adiós...

Como un pétalo que viaja en el aire

y deja una caricia por mi piel

Con tinta de agua clara.

Sobre una piedra al sol

Te dibujé despacio

Sus ojos y mi voz.

Como gotas de rocío caen al lago

Y rompen el espejo al cielo azul.

Paloma blanca

Pasaste tan cerca de mi ventana...

Que revolviste todo con tus alas...

Me despeinaste entera toda el alma...

Nunca te olvidaré y siempre llevaré

Tu cara, encima de mi cara...

Cuando el bar Febrero

Y se halla puesto el sol

Te buscaré en la noche...

Estrella de mi amor

Soplaré contigo tu primera vela

Y cruzarás el manto celestial

Paloma blanca

Pasaste tan cerca de mi ventana...

Que revolviste todo con tus alas...

Me despeinaste entera toda el alma...

Nunca te olvidaré y siempre llevaré

Tu cara, encima de mi cara...

Paloma blanca!

Pasaste tan cerca de mi ventana...

Que revolviste todo con tus alas...

Me despeinaste entera toda el alma...

Nunca te olvidaré y siempre llevaré

Tu cara, encima de mi cara...

Tu cara, encima de mi cara...Ohhh

Tu cara, encima de mi cara...


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sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Dónde está?

Buenos días de sábado:

Permitidme que hoy os envíe mi cuento a esta hora ya que mañana no me va a resultar posible.

Que lo expresado en él, sea símbolo de ese amor tan anhelado y deseo de que también a vosotras y vosotros os sea dado descubrirlo, saber verlo.

Como siempre, con el mejor d mis deseos.

Ah, y dejadme que comparta, antes de ello, una frase que hoy e escuchado en un acto especial al que he tenido el lujo de asistir, toda una certeza: “los amigos, los buenos de verdad, siempre superan la mayor de tus expectativas”. Gracias porque yo lo experimento cada día con vosotras y vosotros.

Sí, ¡dónde está? ¿Dónde estará eso que tanto se anhela poseer? Unos aspiran a encontrarlo en un ser humano con alma gemela, otros concibiendo una obra de arte o en la proximidad a Dios y, en fin, todos y todas se afanan en aferrarse a él, en hacerlo suyo, en acapararlo.

Santi también lo había intentado pero nunca lograba alcanzarlo y vaya que sí que lo había perseguido, se había esforzado por ello con denuedo y ahinco pero nada de nada.

Y es que él era diferente. Muchas veces le habían hecho sentirse inferior, nulo. Mas su tesón y genialidad innatos le habían convencido de que no lo era, de que podía, él también, hacerse merecedor de su disfrute.Había tenido que enfrentarse a las burlas de muchos, al desprecio de casi todos y a la marginación sin tasa. A cambio, se refugió en un mundo de sueños, un universo cimentado en base al calor del refugio que eran la lectura y la imaginación.

Y cuando creyó que de nada servía, alguien especial le demostró que no era así, que su ceguera podía dar luz a quien supiera mirarle, a quien se detuviera a contemplar su sonrisa limpia, su deseo de hacer felices a los demás a través de su intuición y sensibilidad.

Y entonces lo comprendió: el amor también podía ser para él algo posible.

Y un día sus manos le llevaron a los pétalos de una flor de aromas increíbles. Y otro día a la sedosidad de un pañuelo bordado. Y más aún, al fin, al rostro terso de una mujer que se le ofrecía pleno, consciente, libre.

Y después de experimentar sensaciones como ésas, se sorprendió de que la gente fuese tan ciega, de que buscasen el amor de una forma tan errática cuando, en realidad, era tan fácil alcanzarlo.

Y, cuando ya anciano, mucho tiempo después, parado en su banco de siempre, agarrándose a su bastón de siempre, una niña, a la que ya le iban creciendo las ganas de volar, se sentó a su lado y le preguntó, como a tantos otros:

-Buen señor, ¿sabría responderme a una pregunta?

-Dime, hermosa muchacha.

¿¿Dónde habita el amor? ¿Dónde está? ¿Cómo podría encontrarlo?

Y él, con su mirada vacua, pero preñada de sonrisas luminosas y esperanzadoras, sólo pudo hacer una cosa: señalarle con sus dedos extendidos aunque ya huesudos, apuntando hacia el corazón de la chiquilla para responderle:

-El amor está dentro de ti. Sólo debes esforzarte en aprender a abrirle las puertas de tu interior.

-¿Y cómo lo haré?

-Ah. Sabiendo mirar, queriendo acariciar, buscando el disfrute en plenitud, dejando que fluya hacia ti desde el trino de un petirrojo, las páginas de un libro o el sabor de un manjar preparado con el alma.

Esa misma niña recordaría, entonces sí, muchos años después, las palabras del viejo don Santiago cuando, en una noche pura, en medio de la selva, un espigado mulato le quiso ofrecer la figurilla de un hipopótamo al tiempo que le pedía que se casase con él, que la respetaría, que juntos podrían seguir ayudando a que los niños de aquel continente sonrieran, creyeran en un futuro mejor.

Y Ana aceptó, quiso, le abrazó y acarició mientras creyó vislumbrar que una de las miriadas de estrellas que habitaban el cielo africano, y que eran sus testigos, la miraba. ¿odría ser que fuera el espíritu de aquél al que ella, de adolescente, le confió sus sueños?

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jueves, 17 de noviembre de 2011

¡¡Gracias!!

Sí, gracias. Gracias a las dos personas que, esta mañana, han hecho posible que mi llegada al trabajo no fuese una odisea y el retraso con el que he fichado no haya sido apenas apreciable.

Y es que eso de desayunarte cuando llegas a la entrada del Metro con que la mitad de tu línea se encuentra cortada, es todo un fastidio, una pu…

¿Qué hacer entonces?

Muchas mañanas me acompaña a llegar al andén una encantadora señora cuyo nombre aún desconozco y cuando coincidimos apenas si intercambiamos unas breves palabras de cortesía y sincero deseo de buenos días. Ella se apea unas estaciones antes que yo. Y, sin embargo, hoy me ha ayudado a no verme solo en el trasbordo que hemos tenido que hacer y luego a salir a la calle para acabar el periplo andando, bastón en ristre, paloteo va, paloteo viene, y lo ha hecho regalándome su tiempo, dando un rodeo innecesario para ella, brindándome sus ojos y su mano para guiarme.

Me ha dejado encauzado en la acera por la que debería transitar una serie de travesías.

Y en esas estaba, peleándome con unos andamios, cuando otro señor se ha ofrecido a llevarme hasta mi centro. Parece que él trabaja al lado y cada día da ese paseo matinal (para no escuchar a su médico la monserga de que ande _me ha dicho_) al que yo hoy me he visto obligado a hacer.

Quiero compartir y poner en valor aquí la acción de estas dos buenas personas anónimas y expresar alto y claro que, en medio de las prisas en las que se está inmerso a unas horas tan tempranas como ésas, ha habido quien ha estado dispuesto a detenerse y ayudarme. ¡Cómo no darles las gracias! Cierto es que no he visto cuál sería su físico, pero sí he percibido, con claridad, que su corazón era grande, hermoso y lleno de luz.

De no haber sido por ellos dos, hoy yo habría llegado a trabajar mucho más tarde y, sobre todo, con una gran tensión acumulada ante la necesidad de romper mi itinerario habitual.

Y si a mí tanto bien me han hecho, ¿cómo negarme yo a ayudar a quien quiera que me lo pida pudiendo hacerlo?

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domingo, 13 de noviembre de 2011

El día del descuento

Llego, llego. Tarde, pero aquí estoy con mi cuento de cada domingo.

Tras una semana plagada de emociones, mañana empieza otra. Que os sea positiva.

Como siempre, con cariño. Que os guste y estéis bien.

En la librería de viejo El Pergamino, en su escaparate, con gran lujo de tipos y alardes, se anunciaba que al siguiente viernes podría obtenerse un sustancioso descuento por la compra de ejemplares raros y de ediciones difíciles de encontrar de autores que, un día fueron noveles y que, años después, incluso siglos, habían alcanzado fama de clásicos. Una oportunidad única, una ganga, un chollo.

El objetivo era poner en aprietos, aunque tan solo fuese por un día, al autócrata del sector, a don Genaro Urdiales, aquél que había convertido en cortijo particular todo el negocio de la edición, venta y distribución de ese tipo de tesoros.

A los que se le resistían, cada vez los eran menos, los anotaba en su agenda particular de malditos y se encargaba, mediante mercenarios bibliocidas, de hacerlos desaparecer de la forma más expedita y eficaz.

El díscolo establecimiento se encontraba ubicado en un callejón no lejos de la sede del diario satírico de la ciudad, Antena Rugiente en cuyo laboratorio se gestaban los más incisivos y punzantes titulares. Así, periódico y librería se apoyaban mutuamente en su quijotesca labor de lucha contra los gigantes de la Cultura, aunque luego muchos dijeran que no eran gigantes, que eran molinos.

El tirano Urdiales se dijo que había llegado la hora, que por mucho que se empeñasen esos insensatos locos, él vencería definitivamente. Se relamió al maquinar la manera en que les haría despertar de su sueño onírico y, una vez eliminado al ingenuo Isidorus Papirus, que se había atrevido a desafiarle, ya nada ni nadie le apartaría de su triunfo de realidady gloria.

Y llegó la fecha esperada. La víspera, en cafés y salones, tertulianos y lectores se frotaban las manos ante la perspectiva de hacerse, con una joya en forma de Los miserables o La pequeña Dorrit o Arroz y tartana o hasta de las Memorias del gran gurú empresarial, John Hall. Aunque también los había que se preguntaban, al hilo del artículo gacetillero, si realmente llegaría a puerto semejante desafío. La intriga estaba servida.

Amaneció, la aurora se presentaba clara, la temperatura benigna y la atmósfera limpia. Las inmediaciones, desde horas, se poblaron de curiosos e interesados. Todo estaba listo. Sólo faltaba que los dueños abriesen para que el acontecimiento se produjera.

En éstas, nadie supo ver de dónde vinieron, unas ráfagas abrasadoras con hambre de siglos, se aprestaron a devorarlo todo, con el apetito insaciable de golosas consumidoras de dulces sin par. Parecía que los más negros augurios se cumplirían. La impotencia se hizo presente, la rabia, hermana, y la tristeza, dueña.

Pronto, la superficie quedó devastada al tiempo que alguien, desde su cúspide de rey, frotaba sus manos con incontenida malicia. Hasta que…

Sí, hasta que en el ahora solar ardiente se abrió una escondida trampilla, una puerta ignota. Isidorus Papirus, acompañado de una cohorte de genios, otrora derrotados personajes y libreros, portaban, en brazos y carretillas, volúmenes y más volúmenes de todo tamaño y formas.

Increíble prodigio. El déspota ahora hundido en su trono de oropel no podía creerlo. Nadie podía dar crédito a lo que contemplaban sus ojos. No paraban de salir y salir de aquel maravilloso vientre heroínas, exóticas doncellas, caballeros, espadachines, pilluelos, grandes señoras, viajeros, una interminable procesión acompañada de fanfarrias y tamboriles, y en la que un coro de ángeles desplegaban sus alas tocando las trompetas del despertar, ángeles con cara de magia, ilusión o perseverancia.

Pronto, cada cual tuvo lo que tantas veces soñó con poseer y, libros en ristre, fueron retirándose.

¿Qué haría entonces el que, desde aquel día del descuento, perdiera sus armas de dominio? Desde que le abandonaron Miedo, Censura y Fuego ¿qué le quedaría? El tan, hasta entonces, temido orondo Genaro Urdiales pronto se vio acosado por los fantasmas de la soledad, la decrepitud y el abandono mientras que la ciudad de Biblion se hacía más grande, más rica, más visitada, crecía y crecía. El viejo Papiro reconstruyó su sede y pasaron los años.

Nadie se acordaba ya de aquel Genaro Urdiales ni de sus tramas y la librería pasó a ser gran biblioteca de códices e incunables, al tiempo que hubo quien la hizo escenario de romances y aventuras en las que nunca faltaba un protagonista con aura de fantasma y nombre de Isidorus.

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